Besos que son como balas perdidas, que te atrapan y aciertan en medio del pecho, dibujando una flor de color escarlata que no te esperabas. Los ojos se te abren sin ver, jadeas un poco en su boca. Te puede la intensidad.
El impacto te tira para atrás de espaldas, y no hay chaleco antibalas que contenga ese misil directo a tu corazón.
Te besa en la boca, en los labios, pero no lo sientes ahí, ni siquiera la humedad de una lengua ansiosa dentro de ti. Ese beso explosiona en tu centro, en ese lugar que reservas para ti. Te invade y te coloniza, sin ni siquiera tocarte con otra parte de su cuerpo.
Labio con labio, has vuelto a perder(te).
Cafés para el alma de Andrea Rodríguez Naveira está sujeto a Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Cafés para el alma 
Estupendo texto.
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Gracias!
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