Llegó el día en que tuve que hacerme una promesa a mí misma: no volver a llorar. Me olvidé de quien era, de mis fortalezas y de mi seguridad. Las dejé a buen recaudo en algún lugar, bien adentro de mí, olvidadas sin más.
Cuando me veo reflejada en el espejo tengo que pensar un momento, pararme y reconocerme bajo esa capa de ordinariez que me ha cubierto silenciosa, como un simple hechizo punzante que ha desfigurado quien soy.
Cuando este día llegó, el de las promesas que os decía, me lo prometí a fuego en el alma: no dejarme vencer por ese otro yo que acecha cuando pierdo el control.
Cafés para el alma de Andrea Rodríguez Naveira está sujeto a Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Fuera capas de ordinariez.
Fuera yos que no son tú.
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💪💪
Un abrazo Tony!
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Mucha fuerza, porque el otro yo siempre forma parte de nosotros.
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La cuestión está en no dejarse eclipsar por esa otra parte…
Un abrazo😘
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Nunca llores y para adelante. Ten mucha fuerzas y a seguir.
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Siempre hay que seguir… A pesar de las lágrimas muchas veces 😘
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