«Soy quien soy por nuestra historia, soy quien soy por tu memoria…», Memoria, Rebelde Way
¿Te acuerdas de aquellos veranos de ventanillas bajadas con Melendi sonando de fondo? El coche no pasaba de 80 km por hora pero a nosotras nos valía, quizás nos llevaba tres cuartos de hora adicionales llegar a la playa, pero lo importante era ir juntas.
La nuestra era, o quizás todavía lo es, no llego a estar muy segura, una de esas amistades que se mantiene en el tiempo sin necesidad de ser constantes, que se da por hecho que sigue ahí, como en el caso de la familia. Hay momentos especiales, inolvidables incluso y luego un total silencio al otro lado durante demasiado tiempo, pero tras el deshielo la primavera de la amistad sigue igual de verde que siempre.
No estoy muy segura de que lo recuerdes, eran tiempos de ventanillas que descendían a mano y con esfuerzo, de cuando los años 2000 solo tenían dos números diferentes a los ceros de en medio. No hace tanto en realidad, y sin embargo parece una vida entera, es una vida vivida que nos mantiene alejadas pero siempre presentes de una manera u otra, empeñadas en sostener nuestra parte de la cuerda que nos unía bien fuerte de niñas.
Decían en esos años el grupo argentino Rebelde Way, que «la memoria es traicionera», que la historia sin memoria no es nada, «soy quien soy por nuestra historia, soy quien soy por tu memoria»… y es que a veces lo primordial es eso, no olvidarnos y asomarnos de vez en cuando a esa ventanilla del recuerdo.
Imagen de lisa runnels en Pixabay
Cafés para el alma de Andrea Rodríguez Naveira está sujeto a Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Cafés para el alma 