Te quedaste atrás, sin poder alcanzarme, crecimos en direcciones diferentes, como dos ramas que comienzan a buscar el cielo juntas y terminan orientándose en direcciones opuestas. Siempre iremos a la par, uno al lado el otro en nuestra memoria, en ese recuerdo intocable que pervive en el corazón, pero nunca nos volveremos a cruzar. Y está bien, así es como se supone que debía ser.
Todavía ocupas gran parte de mi corazón, impregnándolo todo con tu recuerdo. Vienes cuando menos me lo espero, estancándome en un mar lleno de vida a mi alrededor, haciéndome sentir muerte, donde hay vida, nostalgia, donde hay alegría, pérdida, donde ahora ya solo hay verdad.
El vínculo pervivirá, pero no será de ida y vuelta, ya no habrá puentes tendidos, ni túneles secretos donde encontrarnos a medio camino de nuestras vidas. Ya no.
Imagen de Mike Goad en Pixabay
Cafés para el alma de Andrea Rodríguez Naveira está sujeto a Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Me enterneció, así es la vida…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias! A veces un reto la vida…
Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona