Quiero que sepas que eres mi hogar, que la vela que nos calienta por las noches se alimenta de las brasas que arrastran tus risas y las mías. Que despertarme contigo le da una luz diferente a cualquier día por oscuro que sea.
Me gustaría que supieras muchas cosas, pero aunque parezca mentira después de tantos años, las palabras siguen quedándose atascadas en la garganta en cuanto te veo. Quisiera ser mejor, aprender a volar con mis sentimientos sin miedo a caer contra el asfalto, dejarme llevar y soltarme el pelo en la almohada sin reparos cada noche, sin temer el vacío de la caída.
Dicen que lo importante no es caerte, sino saber levantarte después y contigo he aprendido mucho, tanto que tras cada traspié en el que la vida me pone de rodillas vuelvo siempre a levantarme, con la mirada puesta en el próximo café compartido por la mañana.
Casa es aquí y allá, pero hogar solo es tu espalda contra la mía.
Cafés para el alma de Andrea Rodríguez Naveira está sujeto a Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Es precioso. Un abrazo.
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💜
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Felicidades por el blog.
https://ernestocapuani.wordpress.com/
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Muchas gracias!
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