Los domingos son para desayunar tarde y en la cama, o en la terraza, o en tu cafetería favorita un banquete que te dé fuerzas para el resto de la semana.
Son los días perfectos para un mimo en la ducha, para ser feliz viendo vídeos de gatos en youtube mientras lloras de la risa o enamorarte de ese libro que lleva semanas esperándote en tus estanterías. Son días para uno mismo, tanto en soledad como en compañía, o mi favorita: soledad compartida, cuando estás en completa paz con esa persona sin necesidad de hablar ni de hacer nada más que estar, porque ese mismo hecho resulta placentero.
Saber compartir silencios con la persona elegida es un privilegio que no todos pueden disfrutar. Es entonces, cuando derrotado y exhausto puedes estirar la mano en busca de apoyo, de un asidero que te permita aguantar y volver a ponerte en pie una semana más.
En esos momentos no dudes en buscarme, estaré justo a tu lado para que te aferres fuerte a mi cintura como cuando teníamos quince, para sentir que entierras en mí toda esa desesperación, que vacías la pena y renuevas amor e ilusión.
Para sentir que mi amor te renueva de adentro a fuera como si cada día fuera domingo.
Cafés para el alma de Andrea Rodríguez Naveira está sujeto a Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Esos son los domingos para quienes no tienen hijos, ja, ja. Fuera bromas, muy bonito, Andrea.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Ajajaj tienes razón! Muchas gracias😘
Me gustaLe gusta a 1 persona
Particularmente me encantan esos domingos, desayunos en la cama, silencios, libros, planes, inicio mi semana renovada. Abrazos Andrea
Me gustaLe gusta a 1 persona
A mí me pasa igual 😉
Me gustaMe gusta
El Domingo siempre tiene un tiempo especialmente diseñado para disfrutar. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Estoy de acuerdo, de hecho debería haber varios domingos en la semana 😅
Me gustaLe gusta a 1 persona
Creo que con cinco será suficiente, hay que dejar hueco para el Lunes y el Sábado. verdad?
Me gustaMe gusta