Solo te podía ver en la distancia y a veces ni siquiera te distinguía de la marejada de fondo que siempre te acompañaba.
Eras imposible de abordar, rodeada por el nutrido grupo de satélites que formaban tu coraza.
Vivías en una burbuja, brillante y atractiva en su exterior, imposible de ignorar la magia que te envolvía.
Salvo cuando alzas el velo protector, entonces las imperfecciones te vuelven humana y real, imperfectamente perfecta en un mundo donde sobran Barbies de plástico.
Déjate caer y vencer, lucha y vuélvete a erguir.
Está dentro de ti, esperando que te atrevas a continuar: ella, de la que me enamoré cuando solo eras tú.
CafÈs para el alma de Andrea RodrÌguez Naveira est· sujeto a Licencia Creative Commons AtribuciÛn-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
A veces el personaje vence hoy y diluye la realidad en el pasado. Un besazo.
Me gustaLe gusta a 2 personas
😘
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gran relato, con una gran lección. Gracias
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias a ti por pasarte y comentar😊
Me gustaMe gusta
Que bonito. Pasaros por mi Blogg a ver si os gusta
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias😊
Me gustaLe gusta a 1 persona
de nada gracias a ti!!
Me gustaLe gusta a 1 persona