Es como cuando ves a alguien besarse de verdad, con ganas, hasta casi comerse en la boca del otro.
Tienen tanta prisa y ansia que se entrelazan fuerte, lengua con legua, bebiéndose el alma por la boca.
Ellos eran de ese tipo, de los impacientes, de los que se aman tan rápido como fuerte. Sin medida.
La pasión los arrasó sin piedad, despojándolos de toda vanidad.
De jovencitos eran imparables: una fuerza de la naturaleza combinada.
Hoy son la pareja que pasea cogida con la misma fuerza de antaño por el parque, sin soltarse nunca las manos.
La memoria a ella la abandonó, pero el la conserva por los dos.
CafÈs para el alma de Andrea RodrÌguez Naveira est· sujeto a Licencia Creative Commons AtribuciÛn-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Ese es el enemigo a batir Andrea y la consecuencia de sobrevivir a nuestra propia memoria. Un besazo.
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Que hermosura… Un abrazo!
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Muchísimas gracias! Un beso grande😊
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