Dejarse llevar

En medio de una habitación a media luz se balancean al ritmo que marca la música de su juventud. Después de una vida juntos, él se desliza con la misma poca gracia que antaño, esquivando cuando puede los pies de su compañera, ahogando un silencioso suspiro de satisfacción un día más.

Son más de cuarenta años de recuerdos  perdidos entre las partículas del polvo que se balancean despacio, con el ritmo cambiado. Igual que ellos, que giran a su antojo cuando el tempo deja de contar y solo importa alcanzar el final de otra canción en los brazos del otro.

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Cafés para el alma de Andrea Rodríguez Naveira está sujeto a Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

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