El restaurante de la cristalera, ese en el que en la parte superior del comedor tienes vistas a la boca de metro de Carabanchel. Justo en ese, todos los domingos se encuentran en la puerta después de misa, una llegada desde la plaza del mismo barrio y la otra desde la calle de Salamanca, ambas vestidas y maquilladas para la ocasión.
Sin perder tiempo en saludos banales entre ellas, entran al local regentado por agradable personal de origen chino. Su mesa de siempre está esperándolas al lado de la ventana, con su menú de los domingos descansando encima del plato.
Con la humeante paella ya delante de ambas, pasan revista a la semana que ha terminado: pues aquel se ha muerto, pues la que vivía antes en la plaza en el número dos está en el hospital… Hasta los postres, después del flan y ya con la taza de café en la mano se quedan ensimismadas mirando a través el ventanal y disfrutando de su café. No existen los silencios incómodos entre ellas, una vida de amistad y comidas dominicales desde hace más de una década establecen una confianza extrema.
Sobre las cuatro de la tarde apuran los últimos sorbos de café ya casi frío y se despiden sobriamente, hasta el próximo domingo.
Cafés para el alma de Andrea Rodríguez Naveira está sujeto a Licencia Creative Commons
Banquete de Domingo con tres platos, repaso, paella y café de postre. Un beso. Me ha gustado mucho.
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Gracias Carlos, me alegro de que te haya gustado😘
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