Meigas

Seguimos estando aquí, ocultas tras árboles escasos de hojas, cobijadas en estrechas cuevas alrededor de fulminantes fuegos alimentados por vuestros más ocultos miedos. Nunca nos iremos del todo, somos las nietas, bisnietas, tataranietas y más allá de las quemadas vivas atadas a un poste; somos las herederas de las pócimas y de las palabras mágicas.

Sapos, culebras y cuervos velan atentos nuestras noches de cánticos lúgubres a la cara oculta de la luna, esa que que vela por nosotras y por nuestros secretos pues si fuéramos descubiertas volveríamos a ser pasto de las llamas.

No importa lo que venga después, seguiremos prendidas a la tierra, nuestra única madre y Diosa. Continuaremos la estirpe sagrada de la negra sangre que recorre las venas de nuestras hijas, pues solo nosotras poseemos vida de verdad.

Brujas somos y brujas moriremos.